El punto de convergencia definitivo entre la carrera artística de Max Ernst y el cine es Sueños que el dinero puede comprar, la película experimental en color dirigida por el artista y escritor Hans Richter. Terminada en 1947, la película fue producida por Peggy Guggenheim y Kenneth Macpherson. Sueños que el dinero puede comprar consiste en un políptico de episodios cortos, secuencias oníricas -que también incorporan obras de arte- diseñadas por Max Ernst, Fernand Léger, Man Ray, Marcel Duchamp, Alexander Calder y el propio Hans Richter. Los autores de la música son nada menos que Paul Bowles, Darius Milhaud, John Cage, David Diamond y Louis Applebaum. En el primer episodio, «Deseo», Max Ernst es director, guionista y actor. Richter, con la ayuda de Ernst, adapta una serie de láminas de Une semaine de bonté (Una semana de bondad) -principalmente las relativas al agua- como primera secuencia de la película. En las paredes de la habitación de esa primera secuencia, «Deseo», podemos ver el cuadro L’habillement de l’épousée (Vistiendo a la novia).